martes, 14 de noviembre de 2023

CON MOTIVO DE LA VII JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES «No apartes tu rostro del pobre»

 (Tb 4,7) Un año más, la VII Jornada Mundial de los Pobres (19 de noviembre), reclama la atención sobre la indigna, injusta y sangrante realidad de los pobres que, “como un río, atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse… tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace cada vez más fuerte”. Denunciamos con el Papa Francisco: 

• Las nuevas formas de pobreza que arrastran a tantas personas a los márgenes de la exclusión y el descarte. 

• El desorden ético que marca el mundo del trabajo: el trato deshumano que se reserva a tantos trabajadores y trabajadoras, la retribución que no corresponde al trabajo realizado y el flagelo de la precariedad. 

• Que la llamada al bienestar suba cada vez más de volumen, mientras las voces de los que viven en la pobreza se silencian o se castigan con el látigo de la indiferencia. 

• Las especulaciones que en determinados sectores suponen un dramático aumento de los costes que vuelven a muchísimas familias aún más indigentes. 

• Que se convierta a los pobres en simples imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle intervienen el fastidio y la marginación. 

• La prisa, cotidiana compañera de la vida, que impide detenerse, socorrer y hacerse cargo de los demás. 2 Alzamos la voz y decimos con energía 

• “Los pobres no son números, son personas, tienen rostros, historias, corazones y almas. Son hermanos y hermanas con sus cualidades y defectos, como todos, y es importante entrar en una relación personal con cada uno de ellos”. 

• Las personas, y en especial las empobrecidas, frágiles, excluidas y descartadas, deben ocupar el centro de la atención y vida social haciendo que sean la referencia preferencial desde la que se enfoque toda la actividad política, económica y social. Por todo ello lanzamos esta llamada “No apartes tu rostro del pobre”, es un imperativo humano ineludible. ¡La indiferencia, mata! ¡Desenrédate de ella y enrédate en la solidaridad! 

Cáritas Diocesana de Astorga.

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