domingo, 31 de marzo de 2024

Los Campanones vuelven a tomar las calles de Quintanilla de Yuso esta Semana Santa

 





La asociación cultural de esta localidad de Cabrera Alta organiza un año más la mascarada más tardía del Reino de León, ya que siempre se celebró «tras la misa de Pascua»

Los tradicionales Campanones de Quintanilla de Yuso vuelven esta Semana Santa a tomar las calles de esta localidad cabreiresa. Será este domingo 31 de marzo, a las 11.40 horas, cuando los vecinos de este pueblo de Cabrera Alta vuelvan a ser sorprendidos por los ancestrales personajes de esta mascarada tradicional leonesa.

La vieja y el viejo, la señorita y el señorito, el lobo y otros asombrosos personajes, algunos con semblantes arbóreos, saldrán a asustar a los niños y a pedir el aguinaldo como lo han hecho tradicionalmente, acompañados de los gaiteros del pueblo. 

Mientras que otras localidades cercanas realizan sus mascaradas en enero o en carnaval, la de Quintanilla de Yuso «hasta donde recuerdan los más mayores se ha celebrado siempre tras la misa de Pascua». Este domingo, tras la celebración religiosa programada a las 11.40 horas, los personajes de esta tradicional mascarada volverán a llevar la alegría a este pueblo.

«Un día de auténtica fiesta»
«Era un día de auténtica fiesta, que se acogía con mucho entusiasmo, ya que los mozos, con los huevos, los chorizos y el dinero que conseguían durante el pasacalles, hacían una cena para ellos y un baile para todo el pueblo, después de los 46 días que dura Cuaresma sin demasiadas alegrías». La música y el baile volverán este año a estar presentes ya que volverán a contar con los gaiteiros de la localidad, aclaran los responsables de esta asociación.   

Esta mascarada, que la Diputación destacó en su publicación “La Semana Santa desconocida de la provincia de León” en FITUR, cuenta con la colaboración de la Junta Vecinal de Quintanilla de Yuso, el Ayuntamiento de Truchas, el Instituto Leónes de Cultura y de la Diputación de León.   
Los Campanones de Quintanilla de Yuso forman parte de la Federación de Antruejos de León junto a las mascaradas de Alcoba de la Ribera, Alija del Infantado, Carrizo de la Ribera, Cimanes del Tejar, La Cuesta, Pozos de Cabrera, Riaño y Velilla de la Reina.
---------------INFORMACIÓN ADICIONAL-------------------------
Los personajes son siempre los mismos. Hasta nuestros días han llegado los siguientes:
La vieya (vieja): vestía moradana (falda típica), aunque también podía llevar saya negra, mandil negro, chambra negra, mantón negro para tapar al niño (un muñeco que llevaba en brazos), pañuelo negro en la cabeza, medias negras, madreñas o galochas con zapatillas de casa. Lleva un cesto con paja trillada para que no se rompiesen los huevos que la gente del pueblo le iba dando. Se cubre la cara con un pañuelo o tela para no ser reconocida. Iba agarrada del brazo del vieyo.
El vieyo (viejo): traje de chaqueta y pantalón, gorra negra (boina) y cachaba. Se cubre la cara con un pañuelo o tela para no ser reconocido. Lleva un cesto para recoger el aguinaldo. Va agarrado del brazo de la vieya. En la espalda lleva una chepa rellena de paja, donde le golpean los otros personajes de la comparsa para que pida el aguinaldo a los vecinos.
El campanón tipo 1: capa negra o marrón (capotes o pesadas mantiellas de pardo marrón atadas al pecho), careta hecha de ‘cartaloxo’ (corteza del abedul) y caperuza con flecos o tiras de papel de periódico, tela o piel. Desde la década de 1980 suele ir coronada por una gorra (boina) o sombrero. Puede llevar algún instrumento para atizar o ensuciar a los vecinos del pueblo, normalmente, un palo o una vejiga hinchada. A la cintura, pueden llevar varios cencerros o no.
El campanón tipo 2: Lleva varios cencerros colgados de la cintura o en bandolera ya que debe correr detrás de los niños. Una piel de animal le cubre la cabeza y la cara, aunque si no le cubriera la cara se pintaría de negro. El cuerpo y las extremidades también irían cubiertas con ropa vieja o pieles de animales para que no se le reconozca. En la cabeza no llevaría caperuzo, pero sí pieles de animal o cuernos para emular a las bestias salvajes o a monstruos. Puede llevar algún instrumento para atizar o ensuciar a los vecinos del pueblo, normalmente, un palo o una vejiga hinchada.
El lloubo (lobo): Lleva varios cencerros colgados de la cintura o en bandolera ya que debe correr detrás de los niños. El cuerpo y las extremidades irían cubiertas con ropa vieja o pieles para que no se le reconozca. En la cabeza no llevaría el caperuzo, pero sí pieles de animal para emular a un lobo. Puede llevar algún instrumento para atizar o ensuciar a los vecinos del pueblo, normalmente, un palo o una vejiga hinchada.
El zancudo: este personaje iba subido en largos zancos. Una piel de animal le cubre la cabeza y la cara, aunque si no le cubriera la cara se pintaría de negro. El cuerpo y las extremidades también irían cubiertas con ropa vieja o pieles para que no se le reconozca. En la cabeza no llevaría el caperuzo, pero sí pieles de animal o cuernos para emular a monstruos o bestias salvajes.
Señorita: hombre travestido, moradana (falda típica), mandil, chambra, mantón cruzado y pañoleta (pañuelo de lino bordado) a la cabeza. La cara pintada y gafas, o un pañuelo por delante, evitaría ser reconocido por los vecinos. Zapatos de tacón, medias de seda, blusa, tetas postizas y bolso.
Señorito: iba endomingado y elegante, vestido con traje y en ocasiones con capa. En la cara una barba y una gafas, para tratar de ocultar su identidad, o un pañuelo, y sombrero moderno en la cabeza.
Cinco mozos encarnaban los personajes de señorita, señorito, vieja, viejo y zancudo, el resto se revestía de campanones hasta donde llegaban las ropas y los elementos disponibles para no ser reconocidos por el resto de los vecinos del pueblo. Pieles de animales y prendas grandes, usadas y antiguas constituían la principal fuente para revestirse. Lo normal es que se pintaran la cara o se enmascararan detrás de unas caretas o máscaras fabricadas por ellos mismos. No había dinero ni lugares para comprarlas. La diversión pasaba, muchas veces, por la persecución, con palos y vejigas, a los niños y a las mozas, que tendían a correr o esconderse en las casas por temor, aunque en ocasiones eran sacadas por los campanones para correr detrás de ellas. En contadas o muy raras ocasiones gastaban bromas a los vecinos del pueblo, al fin y al cabo, de ellos dependía la cena de la noche.
Menos carreras se daban los que se revestían del característico campanón de caperuzo, que llevan una careta realizada con la corteza del abedul, que en Quintanilla de Yuso se denominada ‘cartaloxo’. Tampoco corrían el viejo, la vieja, el señorito y la señorita, pero se disfrazaban de modo que no se les reconociera a ninguno. Incluso los más hábiles, además de revestirse, utilizaban largos zancos para asustar a los rapaces o para dar mayor vistosidad al acto. Los campanones se cubrían los cuerpos con pieles de ovejas o de perros, capotes etc. y para cubrir la cara y la cabeza se fabricaban caretas o caperuzas con agujeros para los ojos, con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales; o de cualquier cosa que pudiera asustar (monstruos). Los rostros que quedaban vistos habitualmente se teñían de negro, aunque se tapaban parcialmente con tiras de papel, tela o de piel que colgaban de la cabeza. El nombre de campanones tiene su razón en las campanas, (cencerros, esquilas y tupios), que estos personajes portaban colgados para mayor estruendo y agitación de los chiquillos.
En este peculiar pasacalles los vecinos del pueblo les daban huevos, chorizos y otros alimentos, incluso dinero, con lo que los mozos celebraban una cena y un baile al son de la gaita. El baile se hacía al oscurecer, antes de la cena que preparaba un vecino del pueblo. Con el dinero del aguinaldo se compraba el vino para la cena y el aceite para hacer las tortillas. Los campanones iban acompañados por los gaiteros del pueblo.

Santa Marina del Rey vive un Jueves Santo diferente con un emotivo concierto









Santa Marina del Rey vibró con la pasión del Jueves Santo en un conmovedor concierto de la Banda de Música Reino de León. La lluvia y las inclemencias del tiempo obligaron a suspender la Solemne Procesión del Ecce Homo, trasladando los actos al pabellón municipal. Cofrades, vecinos y visitantes se dieron cita en este espacio, unidos por la fe y el deseo de compartir un Jueves Santo diferente.

En la Solemne Procesión del Ecce Homo de Santa Marina del Rey recorren las calles los pasos del Ecce Homo (talla de Baltasar Ortiz de 1742), el paso de la Dolorosa (Anónimo, siglo XVIII) y el Crucificado. En los últimos años, esta última talla era portada por un cofrade, pero este año, debido a la llegada de nuevos miembros a la Cofradía del Ecce Homo, el paso había sido restaurado e iba a ser pujado por braceros.

Desde la cofradía lamentaron no haber podido mostrar en las calles de la villa las andas reacondicionadas del Crucificado, engalanadas con su nueva pasamanería, que varias de las hermanas habían estado elaborando para la ocasión. Sin embargo, la nueva imagen de este paso se exhibió al público en el Salón del Pueblo, junto al resto de imágenes de la cofradía, donde acudieron los más devotos tras la Misa de la Cena del Señor.

El pabellón municipal se llenó de personas de todas las edades que no quisieron perderse el concierto de la Banda de Música Reino de León. Desde la Virgen del Camino llegó esta banda musical dirigida por Daniel de la Cuevas, que centró su repertorio en marchas procesionales como “Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono”, “Caridad del Guadalquivir”, “Mi Amargura”, “Hosanna in Excelsis” o “Pasan los Campanilleros”, que este año ha cumplido en marzo los cien años.

Esta joven banda “se estrenó el año pasado en el Pregón de Carrizo de la Ribera y este año ha participado en la Semana Santa de Mansilla de las Mulas, Benavente y Santa Marina del Rey”, explicó el presidente de la misma, Diego Fernández Benavides.

A pesar de la suspensión de la procesión, con este concierto “hemos podido disfrutar a resguardo de un acto diferente, donde hemos podido confraternizar sin perder la emoción del Jueves Santo”, señaló el alcalde de Santa Marina del Rey, Francisco Javier Álvarez.

Viernes Santo y Domingo de Pascua

La Semana Santa continúa en la localidad, el Viernes Santo con la Solemne Procesión de los Pasos y Viacrucis y el Domingo de Resurrección con la Procesión del Resucitado, el cambio de manto a la Virgen, la suelta de palomas y el Solemne Acto del Encuentro en la Plaza Mayor. Participará este Domingo de Pascua la Agrupación Musical de la Cofradía Ntra. Señora de las Angustias y Soledad de León.


Via crucis viviente Jiménez de Jamuz 2024






 E P C

jueves, 28 de marzo de 2024

Via Crucis Jiménez de Jamuz



Perdida en los años 70 la tradición de “Las Comedias” por diversos avatares sociales, la gente de Jiménez de Jamuz hizo de su Semana Santa el baluarte desde donde poder demostrar a todos su innato sentido de lo dramático. Así pues, desde el año 1976 se viene representando en Jiménez de Jamuz “La Pasión y muerte de Cristo”. En aquel año, un grupo de Jóvenes se empeñaron en  escenificar la Pasión de Cristo con personajes reales. Esa primera representación tuvo un éxito rotundo y se convirtió en un acto muy emotivo. Ya en los años 80, la prensa provincial hizo un amplio despliegue informativo y así se llevó el nombre de Jiménez de Jamuz a los lugares más recónditos de la provincia. A partir de entonces se llamaría: Vía crucis Viviente. En 1980, más de 3000 personas vivieron la pasión y muerte de Cristo.

La Pasión Viviente, el viernes santo, se inicia en un escenario montado a la puerta del salón parroquial. Previo a un diálogo de acuerdo con los textos evangélicos, se interpreta el lavado de manos de Pilatos. Después, el “Ecce Homo”, soldados y el pueblo inician el itinerario por varias calles del pueblo representando las escenas de las caídas de Jesús y los encuentros de éste con varias mujeres, siempre acompañado por los ladrones. En distintos puntos de las calles van apareciendo los personajes que se citan en los evangelios: La Verónica, María Magdalena, La madre de Jesús, El Cirineo, San Juan, etc. El rito de la Pasión va acompañado de judíos, mujeres que lloran y grupos de personas que cantan o comentan los momentos más trascendentales de la misma. Después de una hora larga de penosa agonía, llegan al lugar escogido para la crucifixión: un montículo rodeado de bodegas. Allí son izados los dos ladrones en sus cruces junto a Jesús. La escena es realmente impresionante. Es el punto culminante de todo el Vía crucis. Más tarde, desclavarán el cuerpo de Jesús y, a continuación, le llevarán a enterrar en la boca de una bodega, que será su sepulcro hasta la resurrección. 




Un año más los vecinos/as de Jiménez de Jamuz representarán el Viernes Santo, a partir de las 19,00 horas, la pasión y muerte de Cristo.

Jiménez de Jamuz en un pueblo ligado desde tiempos remotos al teatro, y esa afición a las artes escénicas llevó a un grupo de jóvenes entusiastas, en el año 1976, a recuperar una Semana Santa olvidada. La propuesta, arriesgada, era dar vida a los últimos momentos de la vida de Jesucristo.

Volcados en ese propósito, los vecinos/as del pueblo se preparan durante meses para escenificar EL VÍACRUCIS VIVIENTE. Los actos que se desarrollan son los siguientes:

·         La última cena.

·         La oración en el huerto y el prendimiento.

·         Juicio ante Pilatos.

·         Recorrido por las calles donde se escenifica el calvario con las sucesivas caídas.

·         Crucifixión de Cristo entre los ladrones.

El Víacrucis de Jiménez destaca por su realismo, emotividad y la confluencia de un pueblo en el compromiso de su puesta en escena. Su arraigo, buen hacer y singularidad le llevó a que fuera declarada por la Diputación de León con la distinción de Fiesta de Interés Turístico Provincial.

Sobre las aguas del río Jamuz se reflejan las últimas luces del día, la representación va a dar comienzo..... te la vas a perder !!!

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San Juanín Herreros de Jamuz 2024