E.G. Ranz / CASTROCALBÓN.- Otra vez volvieron a robar. Durante la madrugada del día 9 al 10 de octubre hasta tres robos se contabilizaron en la localidad de Castrocalbón. Diríamos «tres nuevos robos» pero no, se trata de tres robos repetidos (ya que este verano, hace unos dos meses, ya informamos de otro robo a la gasolinera de Castrocalbón, y no es la primera vez que hablamos de robos este año en Castrocalbón. De hecho las víctimas volvieron a ser los mismos: el bar de Jose, el bar de Loro, y la estación de servicio de la localidad.
Los vecinos ya están hartos, y se muestran preocupados por la falta de seguridad policial ya que estamos hablando de tres tantas de robos en el mismo pueblo en lo que va de año, la primera con el asalto al estanco, el bar de Josefa y Loro, luego al chiringuito y a la caseta, en la zona del campo de fútbol, luego a la gasolinera –este verano (ver nuestra contraportada del nº 800?) y ahora de nuevo otra vez.
Robo en dos fases
El robo a destacar esta vez fue el de la gasolinera de Castrocalbón, que se cometió en dos fases. Sobre las 4 de la madrugada saltó la alarma y la dueña del negocio alertó a la Guardia Civil, que se personó en el lugar y pudieron ver que habían intentado entrar por las cocinas, reventando las rejas de la ventana, pero que no se habían logrado llevar nada. Isa Mari, la propietaria, narraba a «La Bañeza Hoy» el miedo que ella sintió al ver desde su casa, por la ventana, a los ladrones. Y que presa del pánico pidió que viniese una patrulla de la Guardia Civil. Vinieron, se marcharon, y luego, sobre las 5, cinco y cuarto de la madrugada, ya que la gasolinera estaba abierta y ella estaba vigilando, «porque nos habían cortado la alarma, llamé y dije que yo no podía estar toda la noche vigilando, que tenía que dormir, y pedí que viniesen a patrullar. Pero cuando vinieron, a las 6 de la mañana, ya no había nada que hacer. Los ladrones esta vez habían entrado y se habían llevado el botín, dinero y material, reventando la máquina de tabaco y revolviéndome todos los papeles de la oficina.» «El robo debió suceder sobre las cinco y cuarto» informaba a este periódico la propietaria del negocio mostrándonos el lugar del suceso.
La propietaria de la estación de servicio de Castrocalbón dijo que venían vestidos de negro y con pasamontañas, y que no vió ningún vehículo estacionado en el lugar –aunque se teme que pudieran tener el coche para la huída aparcado en un camino agrícola que hay paralelo a la estación de servicio–.
La Policía Judicial de la Guardia Civil se personó en el lugar, pero el delito ya se había cometido. Los ladrones no se asustaron cuando vino la primera vez la benemérita y esperaron a que se fuera para seguir perpetrando el asalto que esta vez tuvieron más fácil: ya no había alarma, tampoco tenían reja, y los agentes se habían ido, quizás pensando que los ladrones no se íban a quedar a continuar con 'la faena' que habían empezado una hora antes.
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