UCCL reclama un precio justo para la remolacha si se quiere que este cultivo siga existiendo en Castilla y León
Esta Organización insta tanto a las Administraciones Públicas como a las industrias azucareras a seguir apostando decididamente por un sector que genera empleo, asienta población en el medio rural, dinamiza la economía de los pueblos…
En el día de ayer, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) celebraba unas jornadas en La Bañeza en las que se analizaba el futuro del cultivo de la remolacha y el azúcar en esta región en las que participaron más de un centenar de cultivadores así como representantes de las dos industrias: Azucarera Ebro, integrada ahora en British Sugar, y la cooperativa Acor.
La primera conclusión que se puede extraer del encuentro es el fracaso que ha supuesto la reforma de la OCM (Organización Común del Mercado del Azúcar) puesta en marcha en 2006 pues tras los esfuerzos realizados si se ha logrado reducir la producción en Europa pero a un precio mucho más elevado del inicialmente previsto, generando además una profunda dependencia del mercado exterior y sin que esto repercutiese en los precios que paga el consumidor cuando se acerca a una gran superficie. En resumen, y por lo que se refiere a España, especialmente los cultivadores, pero también la industria han hecho un gran esfuerzo y sacrificio que sólo se traduce en la lenta agonía de la “nómina” de los agricultores: la remolacha.
Dicho esto, es importante señala, en opinión de UCCL, que los cultivadores ven con optimismo el futuro de este sector siempre y cuando se les asegure un precio que se podría calificar de justo, y que les ofrezca, sobre todo, estabilidad y continuidad en el futuro, teniendo en cuenta que las inversiones que se deben realizar para rentabilizar una parcela de remolacha no se amortizan, de ninguna manera, en una sola campaña. En este sentido, se reclamó, por un lado, a las distintas Administraciones Públicas agrarias ya sea el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino que se impliquen de una forma activa con este cultivo, asegurando su rentabilidad y el futuro de las más de 6.600 explotaciones que todavía se dedican a esta actividad en Castilla y León, más si cabe ante el nuevo horizonte que se abre con la nueva PAC que va a surgir de 2013; y, por otro, se exigió a las industrias azucareras para que asuman la parte que les toca de responsabilidad en el futuro de este sector, incentivando el cultivo de la forma que se considere más oportuna.
En relación con lo anterior, desde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se considera vital que se mejoren las relaciones contractuales entre las industrias azucareras y agricultores, asegurando la estabilidad a medio plazo, de compradores y vendedores de remolacha, algo que hasta la fecha no se ha alcanzado. Así, son muchos los cultivadores que están mostrando el malestar por las relaciones existentes actualmente entre unos y otros, sintiéndose los primeros, en multitud de ocasiones, agraviados, cuando no despreciados.
Esta Organización propone de una forma clara y contundente el fortalecimiento de los acuerdos de abastecimiento entre las fábricas y los agricultores, de tal forma que se faciliten y organicen eficientemente, las entregas y los arranques, siendo fundamental en este sentido que las industrias, al igual que exigen a los cultivadores que mejores sus rendimientos y su eficacia, mejoren su capacidad de recepción de tal forma que se eviten que las entradas en las azucareras sean un gran “embudo” que provoca que la remolacha pueda ver mermada la calidad de la que sale de la tierra.
Unido a lo anterior, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) reclama que exista una mayor transparencia en los sistemas de cupos y en el análisis de recepción, rechazando de una forma contundente el sistema que, Azucarera Ebro, ha empleado en la última campaña y que provoca que no todas las remolachas que se entregan sean “rupradas”, es decir, no todas las entregas que un cultivador realiza son analizadas, situación esta que ha provocado un importante malestar entre los cultivadores, con suspicacias y resquemores que se pueden evitar, sencillamente, con volver al sistema que se ha utilizado que, aunque puede mejorarse, se ha demostrado, al menos para la parte agrícola, más eficiente.
Por último, esta Organización reitera la necesidad de que industrias y agricultores lleguen a acuerdos de estabilidad a medio y largo plazo, siempre y cuando la totalidad de los cultivadores se encuentren representados en ellos, evitando discriminaciones como las que se viven en este momento cuando una parte muy importante de los remolacheros de esta región se encuentran fuera de los citados foros, por una decisión unilateral y sin respetar criterio alguno de representatividad,
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