Todos los objetivos que persigue nuestra Entidad están intrínsecamente ligados a la actividad agraria, procurando que todos los regantes puedan recibir el agua en cantidad suficiente para dar satisfacción a las necesidades de sus cultivos a unos costes que hagan rentables sus explotaciones. Son los propios agricultores quienes sostienen el perfecto funcionamiento de nuestras Comunidades de Regantes, razón por la que no podemos ni debemos estar ajenos a sus problemas. Es por este motivo que apoyamos incondicionalmente todas las acciones de protesta que se están desarrollando en la provincia de León, tanto las convocadas de forma espontánea por grupos de agricultores, como las programadas para el próximo 23 de febrero por las Organizaciones Profesionales Agrarias.
Y es que el campo ya no aguanta más las directrices ambientalistas de la Agenda 2030, el Plan Estratégico de la PAC y el Pacto Verde Europeo, a lo que habría que añadir todo el entramado burocrático que tienen que soportar para recibir las ayudas que hagan rentables sus explotaciones al no poder competir en precios con productos de terceros países, que no están sujetos a las mismas normas de producción y comercialización que impone la Unión Europea.
Hacemos nuestra su tabla reivindicativa:
- Freno al incremento desmesurado de todos los costes de producción, inasumibles para los profesionales del sector (fertilizantes, carburantes, electricidad, etc).
- Acabar con la competencia desleal en la comercialización de productos provenientes de fuera de la Unión Europea (que sigue cerrando acuerdos de libre comercio con terceros países), que no siguen la misma trazabilidad, ni soportan los mismos inputs, lo que va en contra de nuestra soberanía alimentaria.
- Impedir la venta a pérdidas a través de la Ley de la Cadena Alimentaria para que los precios de los productos agrarios cubran los costes de producción.
- Eliminar la condicionalidad de la rotación, así como la obligación de dedicar una parte de la explotación a barbecho o a áreas no productivas, lo que pone en riesgo la rentabilidad de dicha explotación en su conjunto por los altos costes e inversiones que soporta el agricultor en la actualidad.
- Flexibilización y simplificación de la actual PAC, ya que la excesiva burocracia es inasumible para los agricultores y no garantiza cumplir unos objetivos medioambientales que se antojan “asfixiantes”.
- Incrementar el presupuesto de los seguros agrarios para adaptarlos a las sequías y los fenómenos adversos provocados por el cambio climático.
- Seguir impulsando la modernización de los regadíos y todo el resto de obras necesarias para poder garantizar el recurso agua, así como su correcto uso y gestión, aspecto fundamental en la producción alimentaria.
En definitiva, apoyamos esta auténtica “rebelión de la tierra” que pretende frenar la locura de leyes y normas dictadas por burócratas alejados de la realidad, que asfixian al campo y ponen en riesgo la supervivencia de la agricultura y del mundo rural.
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