lunes, 25 de julio de 2011

'El Abuelo Quico' cumplió hoy los 110 años / Francisco Fernández Fernández es una de las personas más viejas del mundo









EMILIO GARCÍA RANZ / PINILLA DE LA VALDERÍA.- Se llama Francisco Fernández Fernández pero todos le conocen en Pinilla de La Valdería como 'El Abuelo Quico' o Quico 'El galochero'. Hoy, 25 de julio, día del Apóstol Santiago, cumplía 110 años, lo que le convierte en una de las personas más viejas de España e incluso del mundo. Se hablaba que es el más anciano del país y el 7º más anciano del mundo y que incluso por su edad íba a formar parte del libro Guiness de los Records. No sabemos si eso es verdad, pero lo que sí sabemos es que Quico nació el 25 de julio de 1.901, y que tiene una vitalidad y una memoria estupendas. De hecho le hicimos una entrevista esta mañana y nos sorprendió los miles de recuerdos que aún conserva este señor tan mayor que nos contaba que con 36 años le tocó ir a la Guerra Civil española, y que antes había estado en Argentina, en Mar de la Plata, cinco años (de 1.927 a 1.933). «Compró allí unos terrenos y sus intenciones era volver a vivir a Argentina, instalarse allí con toda su familia, pero le pilló la Guerra Civil española y ya no pudo irse» nos contaba Tomás, uno de sus nietos al que Quico llamaba constantemente para que estuviera a su lado.
Quico tuvo cinco hijos (dos antes de irse a Argentina, dos a la vuelta, y tuvo otro que se le murió). Lleva viudo desde hace 55 años (enviudó en 1.956), pero aún se acuerda de su mujer y de sus padres. De hecho reza por ellos antes de acostarse, nos contaban sus nietos, nietos que tienen algunos la edad de mis padres o abuelos.

Quico empezó hoy el día de su cumpleaños con miles de felicitaciones y llamadas de los medios de comunicación. Ayer domingo se reunieron 26 miembros de su familia para celebrar su cumpleaños por anticipado, ya que tiene familia hasta en Italia, que vino expresamente para esta gran ocasión.
La primera llamada que se recibió hoy en la casa de Quico fue a las 9.30 de la mañana del programa de Juan Ramón Lucas en Radio Nacional de España, que hablaron en directo con una de las hijas de Quico. A las 12 del mediodía estábamos ante su casa los reporteros de «La Bañeza Hoy» y del «Diario de León» que al igual que «La Crónica» poco después, mandó también a un reportero gráfico, que les hicimos la foto de familia... Una familia muy numerosa aunque ya todo no estaban, alguno, como los de Camarzana, se habían ido ayer porque hoy tenían que trabajar, pero aún posó así con hijos, nietos... Quico tiene un biznieto de 32 años, y se comenta que el próximo año, de llegar, a principios de año tendrá tataranietos.

Quico, que se había levantado hoy de mal humor, se había ido a pasear. «Le gusta mucho pasear» nos decía su hija. «Siempre quiere estar fuera de casa, que le dé el sol y el aire, y se enfada si se paran» (Quico ya está en silla de ruedas y le tienen que llevar). Pero lo único que le fallan son las piernas: tiene una memoria increíble, y de hecho nos contó historias del barco, de Mar de la Plata, de Argentina... «Me dijeron en el barco al venir de Argentina a dónde íba yo, y yo les dije que a Astorga. Y ellos me respondieron que no, que no me podían traer a Astorga, que como mucho me dejaban en La Coruña» –dice sonriente–. Recuerda lo difícil que era comer en aquellas épocas de pre y post-guerra, de sembrar nabos con un vasco en Argentina y quedar en traer semilla para sembrarlos en su tierra. Luego vino lo peor, la Guerra, y recuerda cómo les mandaron enterrar gente en los pinares de Pinilla, y cómo una vez, enterrando seis cuerpos, uno lo tuvieron que dejar del revés al oir tiros y volver agachaos al pueblo. Quico de hecho ayudó a localizar algunas de estas fosas, y aunque hoy hay de todo, y sigue comiendo de todo –no le han quitado nada, porque no tiene ni azúcar, ni mal la tensión ni nada–, añora de los viejos tiempos la educación de las personas «Hoy no hay educación» nos dice, y le damos la razón, asentimos y sonreímos, y les dice a sus nietos e hija que nos traiga unas pastas y nos den algo de comer. Aunque se levantó enfadado porque ayer le cambiaron sus horarios –Quico se levanta y le llevan de paseo, come a la una y media y después se echa una siestecita (de dos a cinco), luego habla y hace cosas, y a las 9 de la noche se va ya a la cama, a dormir. «Duerme 12 horas, más la siesta» -nos cuenta su nieto Tomás, al que Quico reclama constantemente a su lado al igual que a su hija, a la que llama «la abuelita» pues dice que está más mayor que él–, y claro, ayer no durmió la siesta hasta las 7 de la tarde con tanta celebración de cumpleaños y sobremesa (nos dicen que sopló las velas de la tarda), hablando con los periodistas y recordando sus batallitas se pone contento y nos pide que nos conviden. Él coge una pasta y echa un trago de agua y retoma la conversación. Nos sorprendemos al verle comer pastas a los 110 años y su nieto Tomás nos dice que come de todo, casi todo pasado, porque hace años que no tiene dientes y toda la comida se la suelen hacer puré muy pasado, pero hoy, delante de nosotros, comió pastas y magdalenas como todo un señor. «Bebe agua, y poca» nos cuenta Tomás mientras su abuelo echa un trago «y también le gusta mucho el mate, de su época de Argentina, y toma café de vez en cuando». Nunca ha fumado (al menos según recuerda su nieto). «Lo que sí hacía era beber un vasito de vino con las comidas y al desayuno una copita de aguardiente» (esto, sí, hace ya muchos años). Su nieto Tomás, que nos cuenta estas cosas mientras su abuelo pasa la pasta, nació en el año 1.957. Ya no conoció a su abuela, pero a su abuelo lo recuerda siempre igual.

Quico las ha pasado mal, y cuando se ha visto más al otro barrio siempre les ha dicho a sus hijos y familiares como consejo «Quereros bien. No faltéis a nadie» (es decir, que las personas nos queramos entre nosotras, y que no nos insultemos. Dos sabios consejos de este hombre de edad.

«Me robaron en La Chana»
A parte de sus aventuras de Argentina y de sus viajes en Barco desde La Coruña y vuelta hasta Barcelona, y de lo que pasó en la Guerra Civil que le impidió volver a Argentina, Quico recuerda historias de mozas del pueblo, de ir a coger manzanas, y de cómo le asaltaron con dos pistolas cuando íba con su yegua por «La Chana» a La Bañeza a pagar un entierro de un familiar. «Un encapuchado salió y me apuntó con dos pistolas. Los caballos se espantaron, y me robó los 70 duros. Luego la Guardia Civil lo pillaron –era Vitorino Falagán, un conocido bandido de la época que había robado a más gente– y lo íban a encerrar, pero yo lo perdoné si me devolvía los 70 duros. Me los devolvió y le perdoné.» dice sin rencor a pesar del susto recordando que Vitorino ya murió hace muchos años.
De la Guerra se acuerda que les mandaban a La Bañeza o a donde fuera, de la guardia mora de Franco.

Quico, que nunca ha tenido ningún tipo de régimen, ni colesterol, se pasa más de media hora contándonos episodios de su vida. En algunos se emociona al recordarlos y le salen unas lágrimas que su nieto le límpia con un pañuelo. Tomás recuerda que su abuelo no era aficionado al fútbol, pero que sin embargo le gustaba mucho leer. Siempre estaba leyendo. De hecho es uno de los suscriptores más viejos de «Diario de León», periódico que recuerda le traían sobre las 11 de la mañana «entonces dejaba las labores de la tierra, donde estaba trabajando, y se ponía a leer el periódico» nos cuenta su nieto.

Quico, el hijo medio de tres hermanos –tenía un hermano mayor 12 años, y uno tres años menor que él– ha sobrevivido a mucha gente y a muchas épocas. De hecho celebró su centenario recibiendo un homenaje del pueblo, y en 2008 le hicieron otro en Castrocalbón por ser el abuelo de mayor edad de la zona. Este lunes, a sus 110 años, el Presidente de la Junta vecinal le trajo un nuevo recuerdo. Su cuidadora le trajo flores, de hecho tenía dos ramos, otro de flores que le trajo la familia, y también le trajeron cosas que le gustan a él como dulces y pastas. Este resinero de Pinilla, que tiene una catarata en un ojo y algo duro de oído (aunque no está sordo, había que hablarle alto y al oído, pero se enteraba de todo), razona mejor que muchos de nosotros y tiene más recuerdos que muchos de 70 años. «Se acuerda de muchas cosas, ahora de más de las cosas de antes, de las de hace mucho tiempo, que de las más recientes» nos dice otro familiar «y recuerda muy bien las fechas de los cumpleaños». Ayer preguntó si habían venido sus nietos, los de Roma (Italia), y cuando les reunimos a todos para hacer la gran foto de grupo, toda la familia alrededor de él y junto al árbol, Quico repara por un momento en quién falta a su lado y preguna «¿Tomás? ¿No está Santiago? Que venga 'la abuelita' (su hija)» Y al final, con todos reunidos, sonríe para la foto: Quico ha hecho 110 años ¡Feliz cumpleaños, abuelo de Pinilla... abuelo de España!

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