En el día de hoy se ha celebrado la reunión informativa para explicar la postura de los regantes en relación con los incrementos de regulación del Sistema Órbigo a los representantes de cerca de 30 Ayuntamientos asistentes, Comunidades de Regantes y algunas personas a título particular. Como ideas principales podríamos resaltar las siguientes:
- La petición cursada al Ministerio de Agricultura, la Consejería de Agricultura y la Confederación Hidrográfica del Duero a principios de 2002 para incrementar la regulación del Sistema Órbigo para hacer frente a las más de 6.000 hectáreas de regadío que se iban a incorporar al sistema, además de nuevos abastecimientos y otros usos, se fundamentaba en la escasez de recursos existentes para poder satisfacer todas las necesidades con garantías. En los años secos siempre nos cuesta llegar con disponibilidad de agua a finales de agosto, lo cual pone en riesgo la producción y la rentabilidad de cultivos como el maíz, el lúpulo y la remolacha y, en algunos casos, hasta la alubia y la patata.
- Los efectos del cambio climático que prevén un descenso del 10% de las aportaciones en el horizonte 2035, junto con los incrementos de los caudales mínimos circulantes por el río aprobados en cada Plan Hidrológico de la Demarcación, traen como consecuencia otra merma en la disponibilidad para hacer frente a los usos existentes.
- Los representantes de los regantes no hemos influido en la elección de las alternativas más adecuadas para proporcionar el incremento de regulación demandado. La opción elegida debería ser la que guardase un equilibrio entre causar los menores perjuicios al medio ambiente y a los posibles afectados y el coste económico. En definitiva, vamos a ser los principales sujetos pasivos del coste de las infraestructuras que se lleguen a ejecutar y de su mantenimiento, razón por la que tenemos interés en que sean los mínimos posibles, porque ya en la situación actual se nos están incrementando año a año.
- Desde el mismo momento en que demandamos los incrementos de regulación, nos encomendamos la tarea de trabajar en pro de la modernización de nuestros regadíos. Lo primero es conseguir el máximo ahorro en todos los usos y después ver cuáles son los déficit que seguimos arrastrando. Los datos de consumo que obtenemos año tras año nos demuestran que estamos casi en el límite de lo que se puede conseguir modernizando, por lo que en nuestro caso no sería muy importante el ahorro. Aún así, seguimos apostando por los nuevos sistemas de riego porque traen otras consecuencias positivas para la sociedad: evitar el arrastre y lavado de terrenos, reducir considerablemente la contaminación al poder aplicar los fertilizantes y herbicidas a través del riego, cambiar la fuente de energía para la impulsión de los combustibles fósiles a la energía eléctrica y mejorar las producciones. Resulta lógico pensar que si desde todas las instancias de la sociedad española y europea se nos exige modernizar, lo que conlleva grandes inversiones, pidamos que se nos garantice el recurso para sacar adelante nuestras explotaciones y podamos vivir de ellas.
Estas son, de forma resumida, las ideas que hemos querido trasladar a los asistentes a la reunión.
Iniciado un debate y un turno de intervenciones y preguntas en las que también participaron representantes que están en contra de la construcción de las obras de regulación expresando sus argumentos, la opinión mayoritaria de los cerca de 30 alcaldes presentes en la reunión es apoyar el seguir adelante con los trámites necesarios para conseguir el objetivo propuesto y poder garantizar la satisfacción de los usos existentes y el modo de vida de sus beneficiarios, que no son otros que sus propios vecinos.
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